Montag, 28. Februar 2011

Copa Alemana: el dinero para sobrevivir

Después del título en la Bundesliga el de la Copa Alemana es el más importante y apetecido en el país, pero no sólo por el prestigio que otorga, también por la gran cantidad de dinero que viene unido al ganarla. Los recursos financieros que fluyen gracias a esta competencia son para muchos una tabla de salvación más que aumento en sus dividendos.

Para los cuatro equipos que juegan a partir de este martes la semifinal de la Copa Alemana (Duisburgo, Cottbus, Bayern y Schalke) el dinero que recaudarán, más las perspectivas de conseguir otra jugosa tajada proveniente de una posible participación en la Liga de Europa, a la que clasifica automáticamente el equipo que gane la final en Berlín el próximo 21 de mayo, es aliciente suficiente para luchar a muerte por el título.

Basta ver el caso del Cottbus, que gracias a su exitosa campaña en esta Copa Alemana alcanzando la semifinal, que ya se embolsilló 4 millones de euros, un tercio de su presupuesto regular anual, lo que en el peor de los casos le permitirá seguir sobreviviendo en la segunda división donde está condenado a permanecer pues ya no tiene mayores opciones al ascenso. En el torneo el Cottbus, que al igual que el Duisburgo aún puede obtener otros 2 millones de euro en caso de pasar a la final, ya prácticamente solventó su carga financiera para la siguiente temporada.

El caso del Duisburgo no es distinto, pese a un decepcionante campeonato en la segunda división, el club puede contar con 6 millones de euros en sus arcas que lo ponen en una situación favorable frente a sus competidores de la categoría el próximo año que sólo produce envidia pues los que no ascienden (como no lo hará el Duisburgo) acusan perdidas y/o recortes presupuestales que los debilitan y ello no aplicará para el semifinalista de la Copa Alemana.

Especial mención aquí merece el Schalke, que más que a los recursos provenientes de la Copa Alemana le apunta a los que posiblemente obtenga en la Liga de Europa de ganar el título en Berlín. Los cálculos de los de Gelsenkirchen, quienes el próximo año no estarán en la lucrativa Champions League que otorga 300.000 euros por punto ganado más otras bonificaciones, es obtener ingresos en la Liga de Europa cercanos a los 5 millones de euros.

Migajas, sí, pero migajas que en la practica se traducirán en si les es posible retener por ejemplo a Manuel Neuer y a otras de sus estrellas, o si se ven obligados a venderlas por culpa de la ausencia de ingresos adicionales. Para el Schalke ir a la Liga de Europa significa dinero, presencia internacional y la respuesta a la pregunta ¿cuántos jugadores de la plantilla actual tendremos que vender para compensar la balanza de gastos?

¿Y para el Bayern? El Bayern, desde la pura perspectiva del dinero, se puede dar el lujo de no estar durante todo la próxima temporada en la Champions League (de cuartos en la tabla como están hoy no están clasificados) e incluso de (si desciende aún más en el casillero de la Bundesliga y no gana la Copa Alemana) no participar en la Liga de Europa. Así de rico es el club de Múnich.

Pero en la moral será un golpe brutal, en especial albergando la final de la Champions League en su estadio en Múnich en el 2012. Por eso la Copa Alemana también es importante para el Bayern, y no sólo por el prestigio.

Sonntag, 27. Februar 2011

Simplemente grandioso este Dortmund

Lo que tuve la oportunidad de apreciar ayer en el Allianz Arena, el fútbol practicado por el Dortmund con un equipo cuyo promedio de edad era de (¡apenas!) 22,3 años, fue simplemente grandioso, y no tengo ninguna razón para avergonzarme por calificarlo de esta forma, ¿por qué? lo justo es llamar a las cosas por su nombre y a la calidad de los virtuales campeones –ahora aún más cerca tras el 3-1 en Múnich- hay que rendirle los honores que se merecen.

A aquellos que están esperando que “le caiga encima” al entrenador del Bayern Louis van Gaal por plantear un partido que en la cancha nunca se desarrolló, o por hacer cambios inexplicables (como el de dejar en la cancha a Schweinsteiger y retirar a Luiz Gustavo, o la demora en ingresar a Kroos y a Klose) los voy a tranquilizar diciéndoles que no hay necesidad, porque los equívocos del uno son los aciertos del otro, y aquí sólo vale llenar de elogios al Dortmund en vez de buscar los fallos del contrario pues ellos no se dieron fruto del azar.

Los hinchas a morir del Bayern podrán excusar el “tropezón” y el “aterrizaje de nariz” de este sábado con los problemas del calendario y el poco tiempo de recuperación del equipo luego del exigente duelo en octavos de final de la Champions League contra Inter Milán, y la desigual situación del Dortmund que tuvo toda la semana para reposar y preparar a conciencia el partido en Múnich.

Tienen razón, pero uno de los principios más importantes de una competencia es explotar al máximo las debilidades del rival y transformarlas en fortaleza. Y eso fue lo que hizo el Dortmund todo el primer tiempo al impedirle al Bayern imponer su acostumbrado ritmo de control del balón obligándolo a correr detrás de él; a enfrentar duelos uno a uno y zonales cada vez que los locales estaban en posesión del esférico. El líder de la Bundesliga no fue al Allianz Arena a jugar de tú a tú con el dueño de casa sino que se plantó en la cancha para arrollarlo, para exigirlo al máximo forzando los errores.

La pérdida del balón de Schweinsteiger en el que sería el primero gol del visitante no fue una escena aislada, tan pronto el volante del Bayern se preparaba a recibir (válido para el resto de los muniqueses) tenía a su lado a uno o dos de los amarillo y negro, en el caso de la jugada que generó la apertura del marcador a Lewandowski y Großkreutz, quien al final fue el encargado de servirle magistralmente a Barrios por el corredor entre los dos centrales.

Los movimientos del Dortmund eran tan precisos y afinados que el Bayern tenía muy pocas opciones de oponer resistencia, incluso cuando se volcaba al ataque era claro que el líder estaba en capacidad de transformar cualquier recuperación en un fulminante contragolpe, que fue lo que sucedió en el 2-1.

Luego del cobro de un tiro libre el rebote le queda a Mario Gómez, quien intenta habilitar a Robben y el pase es anticipado por Sahin quien inmediatamente le sirve a Barrios. Mientras el latinoamericano avanza con el balón rodeado de 4 jugadores del Bayern, pude presenciar como desde atrás todo el Dortmund se desplazaba con gran velocidad al frente, en dos, tres segundos Mario Götze había recorrido toda la cancha, desde su propia área donde defendía, hasta la cabecera de la del rival donde recibió sólo, sin marca y con varias opciones para distribuir: devolver en pared a Barrios, abrirla a la banda izquierda a Piszczek, o a la banda derecha a Großkreutz que llegaba.

Götze optó por devolver a otro que llegaba por el medio, a Sahin quien aprovechando la confusión del Bayern que no sabía cuál de todas las opciones de ataque del Dortmund cubrir, sacó un disparo preciso para el 2-1.

El segundo tiempo del Dortmund, menos vistoso que el primero pero aún más brillante, se limitó a –sin el balón- dejar correr contra la pared a un equipo cansado, y –con el balón- a obligar a las líneas del Bayern a replegarse tan profundamente que o bien se rompía el enlace entre ellas, o, para conservar ese enlace, tenía que recorrer largos caminos, lo que elevaba la exigencia física.

Podría extenderme aún más en este análisis, pero correría el riesgo de deleitarme en el detalle. Mejor lo dejo así, con lo fundamental.

Freitag, 25. Februar 2011

Bayern - Dortmund: recordemos...


Por este partido esperan en Múnich desde hace mucho, mucho tiempo. La afición del Bayern considera que pese a los 13 puntos que le separan del líder del campeonato alemán, el título sigue siendo una aspiración válida si se derrota al Dortmund; por eso el duelo en el Allianz Arena ha despertado tantas expectativas.

Si bien es cierto que el nombre del campeón no se definirá este sábado en ese duelo entre el primero y el tercero, si por lo menos la intensidad de la competencia en la Bundesliga para lo que queda aún por jugar en la temporada. Gana el Dortmund entonces deja de ser el "virtual campeón" para convertirse en el "cuasi campeón"; pierde el Bayern y se despide no sólo de las opciones al título (que incluso con una victoria seguiría aún lejos de sus posibilidades, recuerden, está a 13 puntos del primer lugar y quedaría a 10) sino que empieza a perder contacto con el segundo, con el Leverkusen, que es en verdad su rival pues los bavaros tienen como principal objetivo clasificar directamente a la próxima Champions League, cuya final se jugará en el 2012 en su estadio.

El partido será sin duda uno de los mejores del joven 2011 (aquí el previo) así como su duelo del 15 de febrero del 2010 fue espectacular, por eso vale la pena que lo recordemos (invitándolos a que vean el error garrafal de van Buyten que explica por qué él no está hoy en la formación titular, o el potencial ofensivo que generaron Robben, Ribéry y Gómez).

Mittwoch, 23. Februar 2011

A la “Dostojewski”

No sé si ustedes han leído la novela “El Jugador” de Dostojewski; para aquellos que no la han leído hay que aclararles que el protagonista no es un futbolista sino de un apostador crónico, como lo es el personaje del que me ocupo en este texto. Ambos, coincidencialmente, hacen de las suyas en Alemania.

Me refiero a Louis van Gaal, a quien hoy me atrevo a comparar con Alexei Ivanovich, la figura principal del libro en mención. Ambos arriesgan, ambos apuestan, a ambos los mueve la convicción de que siempre pueden ganar. Ivanovich termina siendo victima de sus impulsos; a van Gaal, en cambio, esos impulsos lo han convertido en un entrenador exitoso.

Para la prueba su última apuesta: poner de titular al juvenil arquero Thomas Kraft desmontando de la noche a la mañana, y sin que mediara una razón de peso para ello, al veterano Jörg Butt y de paso poniendo punto final a la discusión en el Bayern donde sus directivas –en coro- le decían que no se la jugará a esas alturas de la temporada por un desconocido, que terminara el año con el “malo” (que no lo es) conocido, que en el verano le traerían uno “mejor” (ese si indiscutible) del Schalke, a Manuel Neuer.

El portero de la selección alemana era el favorito, el nombre por el que todos en Múnich estaban dispuestos a arriesgar su fortuna, pero van Gaal, empecinado apostador en los talentos emergentes, un entrenador que ha comprobado tener un ojo único a la hora de descubrir nuevas figuras, dijo “no, el titular será Kraft”.

Y la cosa no paró allí, el domingo pasado, luego de que 24 horas antes el recién ascendido a titular tuvo que abandonar el campo de juego en Mainz con un golpe en la cabeza, todos alrededor del Bayern especulaban sobre si Kraft regresaría a la valla para el decisivo partido de octavos de final de la Champions League en Milán contra el Inter, defensor del título. Van Gaal contestó entonces algo que nadie esperaba: “Kraft jugará siempre”.

Sólo en una ocasión en el pasado el entrenador del Bayern había extendido una garantía de titularidad de ese calibre, eso ocurrió en el otoño del 2009 y el beneficiado era hasta entonces un desconocido muchachito con un par de partidos encima: Thomas Müller. Su historia la conocen todos ustedes, ese muchachito se consagró como estrella con el paso de los meses y en el Mundial de Sudáfrica 2010 deslumbró y acaparó los trofeos como goleador y jugador joven más valioso del torneo.

¿Qué significa ello? ¿Le espera a Kraft una carrera como la de Müller?

Los que vieron el partido de anoche en Milán compartirán conmigo esta respuesta: ¡SÍ!

Lo que atajó Kraft ante Eto´o, ante Sneijder, fue inmenso. Muchos podrán decir “OK, tuvo una buena noche”, pero no es así, en la Bundesliga viene mostrando ese rendimiento cuando lo exigen, claro, mucho menos deslumbrante porque en el fútbol alemán no está Eto´o.

Van Gaal podrá ser un personaje difícil de tratar, con poco tacto para el manejo de algunos aspectos de las relaciones humanas, pero su ojo es increíble, y cuando se la juega, cuando apuesta a la Alexei Ivanovich, gana. Es así, no hay que darle mayores vueltas.

Dienstag, 22. Februar 2011

A 24 horas del reencuentro

Han pasado poco más o menos 9 meses de esa dolorosa derrota en Madrid cuando el Bayern cayó por marcador de 0-2 ante el Inter Milán en la final de la Champions League; el miércoles se ven de nuevo las caras, esta vez en octavos de final de la competición y el panorama es uno muy distinto.

Antes del juego sólo se han dicho en Múnich dos verdades; la primera la formuló el delantero Mario Gómez al decir “no será una revancha, no se trata esta vez del título en la Champions League sino del tiquete a la siguiente ronda. Somos otro equipo en una situación muy diferente”. La segunda salió de los labios del directivo del club alemán, y ex delantero del Inter, Karl-Heinz Rummenigge: “este es un partido en el que no somos ni los favoritos ni los más débiles; este es un partido de tú a tú”.

Gómez tiene razón por partida doble ya que una “revancha” en octavos no compensa la derrota en la final; eliminar al Inter en esta fase de la Champions League máximo servirá para “sacarse una espina” y –lo más obvio- posicionarse como un teórico favorito al título esta temporada al superar al campeón de todo en el 2010 (Mundial de Clubes, Champions League, Serie A, Copa Italia). Pero arrollar al Milán no será otra cosa para el Bayern (de lograrlo) que un paso adelante en un camino aún largo.

El goleador hispano-alemán, primero en la clasificación de artilleros de la Bundesliga, segundo en la de la Champions League, también acierta al abordar el tema de que el Bayern es hoy “otro equipo” al de mayo del 2010. No se trata sólo de que Ribéry estará esta vez en la cancha (en la final en Madrid estaba suspendido), es más bien un llamado de atención a que la línea posterior del club de Múnich es hoy muy distinta (pese a que dos jugadores repiten) a la que se paró contra el ataque del Inter en Madrid.

La retaguardia del Bayern está completamente renovada: en mayo del 2010 eran Butt; Lahm – Demichelis – van Buyten – Badstuber; en febrero 2011 son Kraft; Lahm – Badstuber – Timoschtschuk – Pranjic. Súmenle el recambio de van Bommel por Luiz Gustavo y tenemos una formación defensiva completamente distinta, lamentablemente no por ello mejor pues los centrales siguen dejando mucho que desear, y el lateral izquierdo continúa siendo una posición llenada de forma interina (antes por Badstuber, ahora por Pranjic).

De otro lado, este Bayern que juega mañana en Milán tiene un mayor potencial ofensivo que el del 2010: Mario Gómez no se cansa de hacer goles y en total lleva 26 goles en 22 partidos oficiales, una impresionante estadística, 6 de ellos en la Champions League; Thomas Müller, por su parte, en los últimos 11 partidos ha participado en la fabricación de 15 goles del Bayern (7 pases y 8 convertidos). Robben acumula también muy buenos número: 5 goles y 4 asistencias en 6 partidos jugados en el 2011 tras perderse el segundo semestre del 2010 por lesión. Mirando sólo las estadísticas habría que decir que Ribéry es el más flojo integrante del ataque, viéndolo jugar hay que ignorar esos índices, el francés pasa por un muy buen momento.

La otra gran verdad de este enfrentamiento de octavos de final es la de Rummenigge; ni el Inter ni el Bayern son favoritos, este será un partido de tú a tú en el que ninguno de los dos finalistas de la pasada Champions ha encontrado el ritmo que los llevó hace 9 meses a esa instancia de la competencia.

Tanto los italianos como los alemanes atraviesan una fase caracterizada por la búsqueda de lo bueno que tenían hasta hace poco, y la compensación de lo malo que se les vino encima al principio de la temporada que corre. Tanto el Bayern como el Inter regresaron a las actividades futboleras después de la pausa de verano con la convicción de poder construir a partir de la base sentada antes de partir de vacaciones; en el caso del equipo de Milán eso era casi imposible tras la partida de Mourinho, en Múnich, en cambio, nadie –hasta ahora- ha encontrado la respuesta (aunque sí muchas excusas) al bajón en el rendimiento de un equipo que conservó intacta su plantilla de jugadores y el mismo cuerpo técnico.

Ambos están por fin dando señales de recuperación. El partido será muy equilibrado y en el caso del Bayern dependerá de qué tanto explota su poder ofensivo y cuán cuidadoso es en cubrir su déficit defensivo.

Montag, 21. Februar 2011

9 partidos, 9 figuras

Terminada la jornada 23 de la Bundesliga, y antes de que mañana empecemos a ocuparnos de lleno con la Champions League y el Bayern, es justo hacer un reconocimiento a las figuras que destacaron partido a partido. Lo hago muy raramente, pero esta vez encontré en cada estadio un nombre que me llamó la atención.

Nuremberg – Francfort (3-0)


Aquí le puse mucha atención a un jugador que ingresó en el minuto 72, el griego Amanatidis a quien una semana antes el entrenador del Francfort Michael Skibbe había suspendido por “mal comportamiento” aunque la verdad lo hizo porque el delantero se atrevió a criticarlo. En los días previos al partido en Nuremberg los dos hicieron “las paces” y Amanatidis no sólo volvió a la plantilla, sino que hasta se le permitió jugar representando con el marcador 0-1 la esperanza del Francfort de empatar. Al final perdió 0-3.

Pero lo que me gustó del delantero griego no fue lo que hizo en la cancha, que para ser sincero no hizo nada, sino sus declaraciones al terminar el partido: “esto tiene que cambiar, así no puede seguir el equipo, estamos en una situación lastimosa y nadie parece darse cuenta”. Repitió lo que ya había dicho antes, pero esta vez nadie lo va a castigar pues para todos fue evidente que el griego tiene razón, un equipo que en el 2011 apenas ha conseguido 1 punto, y ningún gol, es un equipo con problemas.

Dortmund – St. Pauli (2-0)


Al arquero Thomas Kessler no le permitieron jugar a mitad de semana el clásico contra el Hamburgo que el St. Pauli ganó 1-0, por eso tal vez llegó tan motivado y aunque su equipo perdió y debió someterse a la apabullante superioridad futbolística del líder, el hecho de que en el marcador no se refleje el fútbol de una sola vía que se apreció en el estadio es un merito suyo. Kessler, en solitario, evitó que el resultado final fuera un 10-0 que habría sido mucho más descriptivo de lo que verdaderamente sucedió en el terreno de juego.

Hannover – Kaiserslautern (3-0)

Tíldenme de loco, pero pese a sus dos goles no es Jan Schlaudraff la figura del partido, no, la figura es el de siempre, Ya Konan que esta vez no anotó pero sirvió todos los tres goles de la victoria del Hannover, un club que así como va prácticamente tiene segura una plaza en competencias europeas y en Konan un cheque pagadero al portador que hará efectivo cuando las cosas dejen de marchar tan bien.

Hamburgo – Bremen (4-0)

Paolo Guerrero es sin duda el destacado: conminada la súper estrella van Nistelrooy a la banca, el peruano aprovechó su oportunidad de regresar a la titularidad con dos goles que de paso le ponen punto final a la historia del holandés en Hamburgo pues a partir de ahora lo de ambos (club y jugador) se limitará a tolerarse mutuamente mientras llega el verano y con él la separación definitiva que en estos momentos ya es formal pero no oficial.

Hoffenheim – Colonia (1-1)

El carnaval está a la vuelta de la esquina y los habitantes de Colonia tienen fama de mostrarse por su mejor lado por estas fechas, parece que eso vale también para el equipo –figura en conjunto- que en las últimas semanas gracias a los positivos resultados obtenidos presentándose como un colectivo, lo aleja de su pesadilla, el descenso, e incluso le tranquiliza el ver que Wolfsburgo y Bremen están más cerca de ese despeñadero.

Friburgo – Wolfsburgo (2-1)


En el invierno, al conocerse oficialmente que Edin Dzeko se marchaba a Inglaterra, el Wolfsburgo empezó a sondear el mercado en busca de un reemplazo adecuado hasta concretar la contratación de Patrick Helmes, quien ayer anotó su primer gol con el nuevo uniforme. Pero en Wolfsburgo estaban interesados en el atacante que el fin de semana destacó, nuevamente, y selló su derrota: Papis Demba Cisse.

Lo “lobos” no compraron al actual segundo en la clasificación de artilleros de la Bundesliga (16 goles), y seguramente hoy se arrepienten, porque su oferta de 12 millones fue rechazada ya que para el Friburgo Cisse costaba 19 millones. Hoy seguro que cuesta más, pero el Wolfsburgo, de seguir así, no tendrá recursos suficientes para comprarlo, mucho menos podrá ser un destino atractivo mirando desde tan cerca el profundo abismo del descenso a la segunda división.

Mainz – Bayern (1-3)


Schweinsteiger, no sólo porque volvió a jugar a su mejor nivel (producto de un regreso a su posición como 6 en vez de tener que hacer de 10) sino por lo histórico de su gol: el primero que consigue de cabeza en la Bundesliga. Del club de Múnich no hay mucho más que decir (lo haré mañana) aparte de que está “casi” listo para el Inter. El Mainz empezó a vivir su realidad y ahora tendrá que esforzarse por defender la quinta casilla y así capitalizar la excelente primera vuelta que jugó, pero será difícil.

Leverkusen – Stuttgart (4-2)


Pese a la derrota, y a que no les va a servir de mucho saberlo, el Stuttgart mostró en Leverkusen que por primera vez en mucho tiempo este invierno acertó en las contrataciones que hizo: Tamas Hajnal y Okazaki fueron los actores más motivados del equipo. Tanto el préstamo del Dortmund como el asiático vienen aportando lo suyo, pero el resto del equipo es demasiado pesado para ser tirado sólo por dos jugadores + las esporádicas buenas acciones de alguno de los otros. No, el Stuttgart va –merecidamente- rumbo a la segunda división, eso parece que no lo frena ya nadie.

Mönchengladbach – Schalke (2-1)

Algunos podrán sostener que es el fruto lógico del cambio de entrenador, pero más allá de reconocerse la firma de Lucien Favre en este triunfo, llamó la atención el aporte de uno de sus jugadores promesa que en toda esta temporada andaba muy por debajo de las expectativas en torno suyo y –efectivamente- de lo que él puede: Marco Reus.

El joven talento no se dejó impresionar por la ventaja 1-0 del Schalke, por el contrario, desde ese difícil momento su protagonismo fue mayor reclamando para sí el balón, dirigiendo los hilos del juego, asumiendo la distribución de la pelota, participando en casi todas las acciones ofensivas y colaborando en las defensivas. Fue un placer ver de nuevo a Reus con lo mejor de su fútbol.